3 pasos
importantes para cambiar de empleado a empresario
Ser
empresario no es una labor sencilla, mucho menos en nuestros días. Vivimos en
un mundo
cada vez más globalizado, en donde las cosas están cambiando a tal velocidad
que es difícil seguirles el paso. Las formas tradicionales de hacer negocios se
redefinen, los mercados evolucionan, industrias enteras desaparecen y aparecen
otras nuevas. Sin embargo, además del cambio vienen nuevas y grandes
oportunidades de negocio, que traerán consigo grandes retos para líderes
capaces e imaginativos.
Por ello si deseas aprovechar estas oportunidades y tomar las riendas de tu
propio destino, necesitas darle la verdadera dimensión a la tarea. No basta con
tener ganas de ser empresario; no basta con creer que se cuenta con una buena
idea y aburrir a tus amistades con ella en todas las reuniones sociales; no
basta con abrir “un changarro” para sacar a duras penas los gastos; para ser un
empresario en serio debes ir mucho más allá.
Cada persona es diferente y cada caso es único; pero, con base en mi
experiencia personal, migrar de empleado a empresario representa cuando menos
tres pasos muy marcados:
1. Estar
firmemente convencido de querer ser empresario o morir en el intento.
2. Tener
un proyecto viable y con altas posibilidades de éxito.
3. Adquirir las habilidades y aptitudes
necesarias para concretarlo y llevarlo al éxito.
Decidiéndote
a emprender tu propio negocio
Son
muchas las razones internas o motivaciones personales que pueden influir en una
decisión de esta naturaleza: ser tu propio jefe, libertad de elección,
autorrealización, elevación del nivel de vida. En fin, éstas son sólo algunas
de las posibles recompensas de ser empresario.
Sin embargo, existen otras razones externas muy importantes y que debemos
considerar seriamente como la inserción al mercado laboral de gente joven,
relegando a personas que sobrepasan los 35 años.
cada vez más globalizado, en donde las cosas están cambiando a tal velocidad que es difícil seguirles el paso. Las formas tradicionales de hacer negocios se redefinen, los mercados evolucionan, industrias enteras desaparecen y aparecen otras nuevas. Sin embargo, además del cambio vienen nuevas y grandes oportunidades de negocio, que traerán consigo grandes retos para líderes capaces e imaginativos.
Por ello si deseas aprovechar estas oportunidades y tomar las riendas de tu propio destino, necesitas darle la verdadera dimensión a la tarea. No basta con tener ganas de ser empresario; no basta con creer que se cuenta con una buena idea y aburrir a tus amistades con ella en todas las reuniones sociales; no basta con abrir “un changarro” para sacar a duras penas los gastos; para ser un empresario en serio debes ir mucho más allá.
Cada persona es diferente y cada caso es único; pero, con base en mi experiencia personal, migrar de empleado a empresario representa cuando menos tres pasos muy marcados:
Sin embargo, existen otras razones externas muy importantes y que debemos considerar seriamente como la inserción al mercado laboral de gente joven, relegando a personas que sobrepasan los 35 años.
Desarrollando tu idea de negocio
No
todas las ideas son necesariamente oportunidades de negocio y no todas las
oportunidades de negocio son adecuadas para nosotros. Piensa en los miles de
negocios que abren sus puertas y que cierran antes de los primeros dos años. Te
puedo asegurar que sus propietarios creían inicialmente que tenían una gran
idea. ¿Entonces qué pasó? De manera simple, NO
ERAN VIABLES.
Para que una idea sea una oportunidad de negocio viable, existen múltiples
factores que debemos considerar. Por ejemplo:
- Tenemos que encontrar un problema que podamos resolver o una necesidad que
podamos satisfacer el negocio en sí.
- Tenemos que estar seguros de poder resolver el problema o satisfacer esa
necesidad con eficiencia (capacidad
técnica u operativa)
- Tenemos que resolver el problema o satisfacer la necesidad mejor que el resto
de competidores (ventaja
competitiva o diferencial)
- Tenemos que resolver el problema a un bajo costo, para que con el remanente
podamos operar y crecer (márgenes
y viabilidad financiera)
- Tiene que haber una cantidad razonable de personas o empresas con el mismo
problema o necesidad, de tal manera que contemos demanda suficiente.
Todos estos factores se consideran en lo que se denomina “plan de negocio”. Un
plan de negocio bien realizado te permitirá determinar precisamente si tu
negocio es viable o no. Te recomiendo que te acerques a un profesional en la
elaboración de planes de negocio o a una persona que tenga experiencia en este
ramo.
Además de estos factores, considera que te debe gustar el negocio. Está
comprobado que tienes mucho más probabilidades de éxito como empresario si
disfrutas y te apasiona lo que haces.
“La pregunta correcta no es: ¿Qué negocio debo emprender?… La pregunta correcta
es: ¿Qué negocio debo poner en marcha que explote al máximo mis habilidades,
pasiones y contactos?”. Responde a esa pregunta y será más factible que cuentes
con una buena idea de negocio.
Para que una idea sea una oportunidad de negocio viable, existen múltiples factores que debemos considerar. Por ejemplo:
- Tenemos que encontrar un problema que podamos resolver o una necesidad que podamos satisfacer el negocio en sí.
- Tenemos que estar seguros de poder resolver el problema o satisfacer esa necesidad con eficiencia (capacidad técnica u operativa)
- Tenemos que resolver el problema o satisfacer la necesidad mejor que el resto de competidores (ventaja competitiva o diferencial)
- Tenemos que resolver el problema a un bajo costo, para que con el remanente podamos operar y crecer (márgenes y viabilidad financiera)
- Tiene que haber una cantidad razonable de personas o empresas con el mismo problema o necesidad, de tal manera que contemos demanda suficiente.
Todos estos factores se consideran en lo que se denomina “plan de negocio”. Un plan de negocio bien realizado te permitirá determinar precisamente si tu negocio es viable o no. Te recomiendo que te acerques a un profesional en la elaboración de planes de negocio o a una persona que tenga experiencia en este ramo.
Además de estos factores, considera que te debe gustar el negocio. Está comprobado que tienes mucho más probabilidades de éxito como empresario si disfrutas y te apasiona lo que haces.
“La pregunta correcta no es: ¿Qué negocio debo emprender?… La pregunta correcta es: ¿Qué negocio debo poner en marcha que explote al máximo mis habilidades, pasiones y contactos?”. Responde a esa pregunta y será más factible que cuentes con una buena idea de negocio.
Haciendo
tu proyecto realidad
Uno
de los errores que cometemos muchas personas cuando emprendemos por primera
vez, es creer falsamente que al ser expertos en nuestras áreas de especialidad,
tendremos grandes probabilidades de ser exitosos como empresarios.
Un buen ingeniero civil y un buen contador son sólo
eso: un buen ingeniero civil y un buen contador. Para ser empresario, se
necesitan otras habilidades. Se requiere saber de mercadotecnia, ventas,
planeación estratégica, contabilidad, finanzas, impuestos, cuestiones legales.
Además de habilidades emocionales para liderar equipos de trabajo, tratar con
clientes y realizar acuerdos de negocios.
En consecuencia, debes prepararte lo mejor posible y
estar adecuadamente asesorado antes de emprender. Una de las opciones es
solicitar apoyo en las incubadoras.
Sin lugar a dudas, el camino del empresario no es nada
fácil, pero como advierte el dicho popular: “en esta vida, nada que valga la
pena lo es”.
Editado
por: DIROSA
Fuente
original: http://www.ideasparapymes.com/contenidos/ideas-para-emprender-negocios-habilidades-gerenciales-incubadoras.html
Un buen ingeniero civil y un buen contador son sólo eso: un buen ingeniero civil y un buen contador. Para ser empresario, se necesitan otras habilidades. Se requiere saber de mercadotecnia, ventas, planeación estratégica, contabilidad, finanzas, impuestos, cuestiones legales. Además de habilidades emocionales para liderar equipos de trabajo, tratar con clientes y realizar acuerdos de negocios.
En consecuencia, debes prepararte lo mejor posible y estar adecuadamente asesorado antes de emprender. Una de las opciones es solicitar apoyo en las incubadoras.
Sin lugar a dudas, el camino del empresario no es nada fácil, pero como advierte el dicho popular: “en esta vida, nada que valga la pena lo es”.
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